«El plié» es uno de los primeros ejercicios de baile que se aprenden. Te acompañará en tu día a día pues lo realizarás en cada una de tus clases. Lamentablemente, el alumnado tarda tiempo en asimilar realmente su importancia para la danza.


Hay tantas cosas importantes que decir sobre el plié, que las abordaremos de la siguiente manera:
- ¿Qué es un plié?
- ¿Para qué sirve?
- ¿Su mejor versión?
- ¿Es apto para cualquier edad?
- Protocolo para estudiarlo
- Los peligros del plié
¿Qué es un plié?
Su importancia no radica en lo que es, sino en lo que podrás realizar gracias a él. Los pliés ocupan un lugar capital en el mundo del baile porque desempeñan un papel de resorte. Se ejecutan con excesivo control buscando la máxima flexibilidad para que su impulso repercuta en todo el cuerpo.
Es importante que sepas que «no es doblar las rodillas» aunque sea lo que veas a simple vista en la siguiente fotografía de un perfecto «demi-plié» de una de nuestras alumnas de Iniciación.

Existen dos tipos: «demi-plié» y «grand plié», y en base a cuál nos refiramos deberás controlar y alinear varias partes del cuerpo simultáneamente. Simplificaremos su explicación para no extender el post. A nivel teórico, «demi-plié» es una flexión máxima de rodillas sin levantar los talones del suelo y «grand plié», la flexión máxima de rodillas levantando los talones del suelo.
¿Para qué sirve?
Para sacar partido a este exigente ejercicio tienes que conocer varias respuestas. Primero, saber que tiene dos funciones: facilitarte los giros y ayudarte a que tus saltos queden más tiempo suspendidos en el aire. Segundo, conocer técnicamente cómo se realiza y anatómicamente cómo se trabaja, lo cual es imprescindible para evitarte lesiones. Y por último, tener claros sus objetivos, entre los que se encuentran fomentar la rotación externa y la flexibilización del tendón de Aquiles.
Bailar exige concentración y coordinación, pero este ejercicio ¡es un máster! Entender para qué sirve, cómo se hace, de dónde sale y cuáles son sus objetivos será crucial para obtener resultados. Si no lo dominas tu técnica será mediocre, pues limitará tu altura y potencia de saltos y el control de tus giros.
No olvides que es el responsable de los giros y de los saltos.
En cada clase deberás concentrarte para encontrar «su mejor versión».
¿Su mejor versión?
Este término es porque irá modificándose a medida que perfecciones tu técnica, así como al ganar flexibilidad. Estas dos variables están continuamente en evolución y serán factores determinantes. Tu anatomía y tu cerebro son otra parte muy importante.
Has de saber que, el plié perfecto de ballet no es asequible para todas las personas ya que exige tener ciertas condiciones anatómicas. Buscar algo que no te permite tu cuerpo ¡solo te acarreará lesiones! De ahí que se deba trabajar enfocado a cada persona y en constante evolución acorde a: la edad, las condiciones físicas, y a las posibles patologías de los bailarines, en caso de que las hubiesen.
Por otro lado, el cerebro también realiza un papel fundamental. Tu capacidad de análisis y las percepciones corporales a medida que avanzas te ayudarán a dominarlo en más o menos tiempo.
Te lo mostramos en la siguiente fotografía. Aquí puedes apreciar “diferentes versiones” de un demi plié. ¡No te confundas, los tres son correctos! No se tata de que estén bien o mal realizados, aunque visto desde el punto de vista estético así será. Estas grandes diferencias son debidas a varios factores: el grado de flexibilidad, la falta de control de quienes empiezan a practicar ballet, las limitaciones óseas del alumnado y, en caso de que existiesen, a las patologías anatómicas.
Pero, además, a horas de trabajo para controlarlo.

Realizar el «plié perfecto» además de técnica requiere condiciones físicas.
¿Es apto para cualquier edad?
¡No! Rotundamente, ¡no, en las cinco posiciones de ballet! Realizar pliés en «en-dehors» exige potenciar cierta musculatura, pero a su vez, flexibilizar otra. Hacer demi-plié en primera posición como el de la fotografía izquierda, sin dominarlo, a la larga, ¡genera lesiones!

El objetivo de esta comparativa es concienciar sobre la cantidad de partes del cuerpo que hay que controlar en este… ¿simple ejercicio? La diferencia con la fotografía de la derecha donde está perfecto, ¡es bien notoria! Insisto en que es necesario individualizarlo, solo así evitarás hacerte daño. Recuerda, tu cuerpo, ¡no tiene repuestos!
Lo cierto es que nadie imagina que sea tan complejo. La falta de conocimientos, sobre todo de anatomía aplicada a la danza, hace que muchos vean el baile como un mero entretenimiento. Es ridículo que no se de la importancia que merece a las clases de los más pequeños ni al profesorado que las imparte, cuando la herramienta de trabajo del baile es ¡su cuerpo!
Protocolo para estudiarlo
¡Sí! No se debe iniciar su aprendizaje directamente en la barra porque tiene tanta dificultad y complejidad que, al principio, ¡no se puede controlar! Ni siquiera los adultos son capaces de dominarlo al principio, ¡menos aún los menores!
Lo aconsejable es iniciar su estudio en el suelo, ya que, la inexistencia de carga corporal facilita su control y evita que, un mal trabajo, afecte a alguna de las articulaciones. Es más, no se debe iniciar la rotación externa hasta que no se controle perfectamente su ejecución.

Esto no quiere decir que los más pequeños no puedan hacer plié, simplemente que no deben hacerlo en primera posición, que es el caso de esta fotografía, hasta que no tengan como mínimo 8 años. Colocaciones erróneas como estas o bailar en puntas (por monas que resulten), sin tener la edad y la técnica necesaria ¡es contraproducente!
Nuestro Centro de Danza tiene una metodología propia para que el alumnado menudo disfrute del baile con total garantía, Predanza. Es misión de padres y de profesores velar por la salud de los más pequeños que buscan divertirse. ¡No se puede jugar con el ballet!
Los pliés evolucionan en base a la flexibilidad y el control corporal.
Los peligros del plié
Este apartado merece una mención muy especial. Para que este artículo no se extienda aún más, encontrarás todo lo que necesitas saber en: EL PELIGRO DEL PLIÉ PARA TU ANATOMÍA. Te adelantamos que si no dominas este ejercicio puede convertirse en tu peor enemigo, te caerás de los giros, saltarás poco, pero lo peor, ¡te harás daño!
No es que puedas lesionarte por hacerlo mal, es ¿cuándo te lesionarás?
Los pliés exigen que domines tanto tu rotación como tu flexibilidad. A la larga, el mal trabajo del plié puede acarrearte problemas de meniscos y de juanetes. Ten claro que no controlarlo será contraproducente para tus rodillas así como para tus pies.
Y si crees que exagero y que los ejercicios que hagas no repercutirá en tu anatomía de manera radical, es porque aún no conoces «nuestro trabajo correctivo». ¡mira nuestras comparativas!
Otra manera de concienciarte es ver cómo es nuestra anatomía en perspectiva. Aunque carezca de las explicaciones oportunas para realizar el plié, mueve el esqueleto y fíjate en la cadera para analizar el movimiento, ¡descúbrela en 3D!